BING, ALISON
Para entrar en el mundo de la niebla y las maravillas basta con una chaqueta y un puñado de purpurina. Si aún queda una pirueta de monopatÃn por inventar, tecnologÃa por imaginar, un proyecto ecológico por ensayar, o una rareza sin homenajear, es muy probable que se dé aquÃ. Adiós a las inhibiciones, esto es San Francisco.